¡Hay que romper moldes!

Últimamente, estoy recibiendo bastantes consultas, sobre el revelado de la película en blanco y negro y más concretamente, sobre la combinación entre químico (revelador) y película, así como sobre el uso de ésta, en cada ocasión.

He llegado a la conclusión, que se está perdiendo la sana tradición de probar y experimentar, para poder obtener los triunfos y fracasos, imprescindibles, para poder adquirir conocimientos y poder determinar, lo que más nos conviene en cada momento.

La práctica del sistema de "prueba-error", con el tiempo, se ha limitado en la prueba de diferentes películas, pero no se suele pasar de ahí, al menos, por un numeroso grupo de usuarios de la fotografía química.

Se está perdiendo la noción, de la influencia que tiene cada elemento y de cómo podemos (que no "debemos") usarlo. En la fotografía no hay leyes, hay caminos que debemos explorar. Si no lo hacemos, jamás sabremos a dónde nos llevan y si nos gusta el lugar. Hay que deshacerse de los moldes y estereotipos, que al parecer, se han ido instaurando, al perderse las buenas prácticas.

Taller fotomecánico: Canon Canonet 28

Canon Canonet 28
Canon, fabricó desde principios de los años 60, hasta principios de los 80, una serie de cámaras telemétricas, destinadas al usuario aficionado, si bien, también fueron usadas como cámara de respaldo, por muchos fotógrafos profesionales. Esta serie de cámaras, fueron las llamadas "Canonet".

Dentro de esta serie de cámaras, se encuentra la Canonet 28. Una cámara pequeña, ligera y compacta, con una excelente objetivo Canon, con una distancia focal de 40mm y una abertura máxima f:2.8.

El fotómetro integrado en el objetivo, está vinculado a un circuito de exposición automática programada, que selecciona el diafragma y la velocidad de obturación óptima (entre 1/30s y 1/600s), para cada exposición.