Leica IIIf: Objetivos invasores

Leica IIIf "dial rojo" de 1953

Muchos usuarios de las cámaras telemétricas Leica, de la serie original (como dicen algunos, las "auténticas" Leica) con montura a rosca para el objetivo, acostumbran a decir que ninguna de ellas tiene visor. Si bien es cierto que algunos modelos se fabricaron sin visor incorporado y se hacía necesario usar uno exterior, no lo es menos que los visores de las que sí lo poseen, distan mucho de lo que muchos entienden por visor y con lo que están habituados a usar.

Los visores de estas cámaras son extremadamente simples, tanto es así, que no disponen de marcas de encuadre, ni evidentemente cuentan con sistema de corrección del error de paralaje, típico en las cámaras telemétricas. De hecho, la telemetría se realiza a través de un visor diferente al de encuadre, aunque muy cercano a él. Estas cámaras tampoco disponen de ningún tipo de fotometría.

Leica ABLON

Hoy, un aficionado a las cámaras clásicas, me consultaba que no se ha podido resistir a los encantos de una cámara Leica, de las llamadas screw mount, y me he percatado de que desconocía por completo la particularidad de estas cámaras, respecto a la carga de la película.

Además de que estas cámaras están construidas para usar los chasis FILCA, fabricados por Leica (no olvidemos que Leica fue quien usó por primera vez la película de 35mm, usada hasta entonces solo para el cine, en una cámara de fotos y para ello, tuvo que "inventar" un chasis específico, que bautizó como FILCA), que son ligeramente más altos y al usar chasis convencionales, se corre el riesgo de que éste descienda y la película no quede bien alineada, quedando las perforaciones fuera del alcance de los dientes del piñón de arrastre, hay otra "particularidad".

Historia de la Leica IIIf fabricada en Canadá


Cuando Ernst Leitz estableció en 1952, su nueva fábrica en Midland, Ontario, Canadá, uno de sus primeros productos fue el Leica IIIf, la primera cámara de la marca que incorporó la sincronización de flash incorporada y regulable, que se había estrenado (en Wetzlar) en 1950. La principal característica de las IIIf, que las diferenció del resto, fue la incorporación de un selector de retardo de flash, situado bajo el dial de velocidad de obturación, con una escala calibrada en milisegundos de 0 a 20, y grabado en números negros o rojos (según el año de fabricación). La versión posterior IIIf "esfera roja", realizada a partir de finales de '51 o principios de '52 en adelante, tenía un mecanismo de obturación mejorado y una velocidad superior de sincronización X de 1/50 seg, en vez de 1/30 seg de la versión de "dial negro". A partir de 1954, la IIIf se podía adquirir con un autodisparador mecánico de resorte incorporado, identificado por una palanca de aspecto elegante en el frente.