CLA en Leica Summicron 35/2

Ayer pasé una tarde, de lo más entretenida y fructífera. Lo que empezó siendo una limpieza superficial, de Leica Summicron 35mm f:2, terminó siendo una CLA (Clean Lubed & Adjust), en toda regla.

Los objetivos, con el paso de los años, por muy bien guardados y conservados que hayan estado, la grasa que lubrica los helicodes internos, pierdes sus cualidades y lo más importante, van acumulando suciedad en el interior, que termina depositándose en las lentes, afectando al resultado óptico, cuando ésta es excesiva. Esta suciedad, proviene de las partículas en suspensión del aire y de la humedad, que termina por crear un velo muy perjudicial, en las lentes. Tenemos que pensar, que un objetivo, no es una cámara estanca y esto, se nota con el paso de los años.

Como he comentado, la idea original, era la de limpiar bien el exterior del objetivo, que si bien, no estaba especialmente sucio, siempre viene bien, quitar restos de grasa, de las huellas dactilares y pequeñas partículas de polvo, que se pueden acumular, incluso manteniéndolo dentro de la bolsa del equipo fotográfico, o en una caja.

Tras limpiar el exterior, con un paño apropiado, limpié el filtro UV, que tengo puesto, para proteger la lente frontal y al mirar a través de él, recordé que tenía pendiente, eliminar el velo que tenía mi unidad, en las superficies de las lentes, en el interior. Recordé, que ese velo, me había provocado un efecto de flare, bastante acusado, en algunas ocasiones, en tomas a contraluz.

En esta imagen, aunque de muy mala calidad, se puede apreciar la suciedad que había en el interior:



Cuando me proponía retirar las lentes frontales, me percaté de un resto de ¡aceite!, en el anillo de la montura. Al verlo, empecé por este punto, porque me pareció más urgente todavía, que el velo de las lentes, porque si ese aceite, llegaba a las láminas del iris, daría más trabajo.

Empecé por retirar la montura y lo que empezó siendo un resquicio de aceite asomando al exterior, ¡se convirtió en una piscina de aceite en el interior! De esta guisa me encontré el interior del anillo de la montura:


Tras limpiarlo, tuve que proceder a seguir desmontando, para comprobar lo que estaba claro. Alguien había lubricado los helicoides, con un lubricante totalmente inapropiado. Hace años que tengo esta lente, pero jamás la había desmontado. Supongo que alguien, antes de tenerlo yo, quiso lubricarlo, pero no era muy buen profesional.

Seguimos desmontando y eliminado los restos de lubricante:




Una vez todo el lubricante retirado y las superficies bien limpias, procedemos al montaje del mecanismo, añadiendo el lubricante apropiado. Éste es precisamente uno de los puntos más delicados, ya que en función del tipo de lubricante elegido, variará -y mucho- el tacto del anillo de enfoque. Debemos encontrar un equilibrio entre, facilidad de movimiento y ausencia de holguras (que enrarecen el tacto).


Una vez montada la parte posterior del objetivo, dónde se encuentra todo el mecanismo de enfoque, procedemos a desmontar las lentes frontales, para limpiar las superficies interiores y eliminar el velo.



Tras llegar a este punto, me di cuenta que el anillo por dónde deslizan los pivotes de las láminas del iris, estaba ligeramente manchado de aceite, aunque tan poco, que no afectaba ni había manchado las láminas. La emoción del momento, mientras examinaba el interior, ocasionó que terminase así...


... y no me quedó otra, que liarme a limpiar todo el iris. Quien haya tenido que desmontar y  montar un iris de diez láminas, como es el de estos objetivos, sabe el pulso y el temple que hay que tener, para montar a partir de la séptima lámina, ya que las seis primeras es relativamente fácil, si se tiene algo de experiencia.

Unas imágenes del proceso de montaje de las láminas del iris:






Tras montar las láminas y comprobar que el iris funciona correctamente, en todo su recorrido, procedo a montar las lentes frontales, una vez limpias:



Por último, montamos el anillo de retención del conjunto de lentes frontales, tras haberlo limpiado a fondo, ya que tras el anillo, es un punto típico de acumulación de suciedad. Como ya he comentado al principio, un objetivo no es estanco y existen muchas zonas, por dónde suele entrar suciedad y se acumula.

Al final, como comenté, terminé haciendo un CLA a este objetivo, ¡que bien se lo merece!